Viernes 31 de Octubre

Por fin este mes culero se fue, y es que jamás me ha gustado Octubre, y mucho menos la última semana del mismo.

La última semana la televisión transmite los aburridos y odiados (por mí) capítulos de Los Simpsons de Halloween, programas con pendejos vestidos de brujas, vampiros, como si la noche de brujas fuera tradición mexicana, y lo peor, películas de terror ¡No las soporto! Jamás me han gustado, son lo más absurdo que existe en el mundo. Prefiero un maratón de ‘¡Esta Cañón!’ con Yordi Rosado que una, UNA, simple película de terror (¡Imagínense!).

Hoy me fui a clases como siempre, y casi a las 10 de la mañana me desocupé, me valió madre no entrar a OPUS y a la clase de Ulises. Y es que tengo tanto que hacer de la tesis que el fin de semana estaré (es el plan jaja) como pendejo chingandole al texto y la presentación del lunes, así que decidí ir al panteón hoy.

Llegué al panteón (que esta frente a la Universidad) y compré las flores de cada año, las mismas que mi papá compraba para la tumba de mi abuelita. Llegué y pedí a un señor muy amable una cubeta ya que lo único que traía conmigo eran las flores y la mochila con la lap. Limpié la tumba, puse las flores y me quedé un rato, hablando con mi papá.

Llegué a la casa y mi mamá iba llegando, tenía sin verla como dos semanas, me puse a platicar con ella, comimos, vimos una película y se quedó dormida. Me metí a bañar ya que había quedado con el uchepo del Potrillo de ir al cine, y aprovechar para ir a pagar la tarjeta de Sears y Fábricas de Francia (cosa que se me olvidó) y comprar el ‘Dig Out Your Soul’ en Mixup.

Ya después de una buena película (‘Quémese después de leerse’ creo se llama) y de cenar, veníamos en la camioneta platicando pendejada y media, cuando el Potrillo me hace una pregunta muy rara:

‘Wey, una pregunta, ¿Cuándo te acuerdas de tu papá, o cuando tienes una bronca, platicas con él?”

Mi respuesta fue automática: “¡Ahuevo! Es algo que hago todos los días desde hace 11 años, me despierto y pienso en él, me voy a dormir y pienso en él. Le pido ayuda, le cuento mis cosas, y así por el estilo. A veces no tengo ni que cerrar los ojos para verlo conmigo, junto a mi”

Y es que sus papás están en Estados Unidos desde hace unos años, y yo se la relación tan estrecha que él ha llevado siempre con su papá, que aunque aun vive, me cuenta que también le sirve como consuelo el hablarle, contarle, sin que este presente.

Y es que al menos a mí jamás me ha dado miedo la muerte, ni hablar de ella con naturalidad, y menos cuando es algo con lo que me tocó convivir hace varios años. Es por esta, y más cosas, que me encanta el día de muertos. Y es para mí esta celebración una de las más, sino la que más, nos representa como mexicanos, y mucho más como michoacanos.

Es una auténtica fiesta, se festeja la muerte, las calles se llenan de colores, de flores, de ofrendas y de altares de los que un día seremos parte. Ver esa calaveritas de dulce me encanta, ver todo es colorido me hace sentirme alegre. Es algo muy mexicano celebrar a la muerte.

Y es cuando todo val madre cuando ves a una muchacha vestida de bruja en la taquilla de Cinépolis atendiendo, da vergüenza, aunque, si todas las brujas estuvieran tan mamacita como ella, pues que se me aparezcan hasta tres jajaja.