Que buena película, la música esta impresionante, no había canción que no me supiera y que no me recordara a cuando mi mamá o mi papá escuchaban su música, las escuelas de cocina para las mujeres me recordaron a mi abuelita paterna, quien se crió y enseñó a hacer todo lo que una mujer debía saber en ese tiempo así, en la misma época y en la misma ciudad; Puebla. Cuando aparece el Zócalo de la Ciudad de México en 1938, recordé que ahí mismo, en la zona de Santa María la Rivera, nacía mi papá. Los militares me recordaban a mi abuelo paterno quien sirvió toda su vida al ejército, y en fin, excelente película.La actuación de Giménez Cacho no tiene madre, le crees absolutamente todo, aunque la de la Talancón deja, como siempre, mucho que desear, ya que su rostro es el mismo desde el inicio de la película hasta que termina, jamás la vi actuar. El otro actor si es una chingadera, esos papeles del romántico músico que sueña con un mundo mejor a través de sus ideales y revelándose al sistema y del cual se enamoran todas, se me hace de lo más cursi y estúpido, siempre terminan igual. La película es Giménez Cacho y los pechos de la Talancón.
Lo que si no cambia en el cine mexicano es que siempre son los MISMOS actores, ayer salieron tres de los actores que salen en ‘Bajo la sal’, y gracias a dios no salió Plutarco Haza o uno de los tres Bichir, aunque al final salió Jorge Reynoso (dijo el Potrillo que es Miguelito), aunque su papel, y calidad de actor, solo le da para decir un par de líneas.
Como le dije al Potrillo al terminar la película “Con esto me queda cada vez más claro lo de la teoría de que hubo un solo asesino y actor intelectual en la muerte de Luís Donaldo Colosio; Mario Aburto” véanla y sabrán porqué.
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