Después de no haber dormido ni siquiera un par de horas me fui a clase de Planeación Urbana, enseguida me vine a la casa a alistar lo que me llevaría más tarde a la Ciudad de México, ya que no pude lograr faltar a la exposición de Diseño Urbano y Métodos. Así que le dije a Luís que yo le avisaba a que hora me desocupaba, siendo, para mí en ese momento, el salir el miércoles la mejor opción. Pero algo pasaría que haría que lo mejor que nos pudo pasar fue salir el martes 25.
Salimos de mi casa como a las 5 de la tarde, con gente con la cual me llevé muy bien, pero que en ese momento no conocía. Fer y su novia iban en la parte de adelante, atrás veníamos Luís y yo, el cual no habla mucho en carretera, igual que yo. A mí me gusta ir viendo los alrededores y pensar mil cosas, meditar otras tantas, o simplemente ver.
Donde el “hielo” se rompió fue en la llegada a Toluca, el ir pendientes de la salida a la Marquesa, y después, al entrar al D.F. el encontrar la salida a Reforma nos hizo hablar de todo y de más. Y es que apenas íbamos ingresando a la Ciudad de México cuando le pregunté a Luís “¿Qué vamos a hacer llegando?” a lo que me dijo “Si quieres nos vamos al departamento para que descanses, si te ves muy madreado” pero ya en ese momento para mí eso no era ya un problema.
Yo venía cargando un par de semanas de mucho estrés y enojo, las situaciones completa y totalmente ajenas a mí me habían hecho cancelar mi viaje a Monterrey, cosa que después agradecí. Así que yo buscaba un milagro.
Entrando al D.F. le dije a Luís “¿Y si vamos al hotel? Al Four Seasons, solo pasamos y ya” a lo que me contesta “¡Va, va! Pasamos y si podemos nos bajamos un rato” pero yo sabía lo difícil que es encontrar un lugar para estacionar cerca de esa zona, a lo que solo asenté la cabeza.
Nos perdimos por las Lomas de Chapultepec, pero eso tuvo su recompensa… ¡Conocí la primaria donde fue grabada la Telenovela de Carrusel! Jajajajajaja, Fer me dice “En esta calle esta la primaría de la novela” y dicho y hecho, tomé una foto pero apenas se alcanza a ver una reja y una ventana.
Cuando menos esperábamos, teníamos la Torre Mayor encima y al levantar la mirada les dije “¡A la derecha! ¡A la derecha! Por la lateral” y en segundos estábamos frente al Hotel Four Seasons, donde no se veía mucho movimiento, unos 9 fans en la puerta a la espera de algo. Le dije a Fer dónde diera vuelta a la derecha para ver si encontrábamos estacionamiento, y apenas a 5 metros, se veía un espacio vacío en una calle donde no cabía ya una bicicleta. Fue ahí donde le dije a Luís, de la nada: “Luís… ¿Crees en el destino?” a lo que no me contestó nada, solo se me quedo viendo, los dos teníamos la misma idea en la cabeza.
Bajamos del Golf y sacamos de la cajuela alguna chamarra o suéter, el frío estaba leve, pero por si las dudas, Saqué mi portada de The Importante Of Being Idle con pena, y sentí como si alguien dijera “Si Benru, sueña”. Y recuerdo perfectamente bien cuando Luís dejó la carátula del stéreo sobre el coche, no recuerdo si la volvió a tomar o no, pero este evento después sería de gran importancia esa noche.
Llegamos al Hotel cuando Ricardo Valdés me manda un mensaje para preguntarme dónde estoy, y es que es una de las personas a las que les vendí un boleto, le dije dónde y en cuestión de 30 minutos llegó al Four Seasons. Con lo cual ya teníamos media hora de espera.
Luís se acercó a unos chavos y les preguntó sobre Oasis, y le dijeron que les habían dicho que salieron, así que estaban esperándolos. Eso aumento nuestras ganas de aguantar un poco más el ya cortante frío. Los pies dolían, yo ya no recordaba ni la última vez que dormí, y ahí fue cuando Fer le preguntó a Luís “Señor ¿Dónde dejó su carátula?” y Luís le dice “Aquí la tengo”, pero Fer se refería a la carátula del Stéreo y Luís a la carátula del ‘What’s the story (Morning Glory)’ que había bajado con la misma ilusión que yo, y ahí fue cuando le cayó el veinte y pegó el grito. Corrió al coche (con la idea de que Oasis no llegara en ese momento y de encontrarla) regresó sin nada, muy molesto, mentando madres, reprochándose el hacer 3 cosas a las vez, y culpando un poco a la llamada de su papá (más tarde nos echaría el pedo a nosotros jajaj).
Como a los 5 minutos llegan dos chavos, uno se veía buena onda (y lo fue) y otro de simplemente de verlo me daba cuenta de lo sangre de perro que era. El vato todo negro, feo, bastante joto, de esos putitos amargados que existen, y nos pregunta “¿Están esperando a Oasis?” y la respuesta de toda la raza, bueno, de 16 personas en total, fue “si”.
Yo veía a lo lejos, y escuchaba (una de las habilidades de Benru) que le decía a la gente que cuando llegaran gritaran, que se organizaran, que con Shakira no se que, bla, bla, bla, bla. Y ahí me entró la duda de porque ese NO-fan de Oasis estaba chingando la madre. Nos acercamos con Luís y le preguntamos más bien al otro chavo si sabían algo, y la respuesta que nos dieron nos iluminó la cara:
“Somos del Reforma, venimos a cubrir la nota. Oasis llega como a las 12:30, vienen del aeropuerto”
¡NO MAMES! ¡NO MAMES! ¡De ahí no me movía ni un temblor!
Incluso el chavo nos tomó unas fotos y prometió que saldría el jueves en dicho periódico.
La espera fue eterna, cada minuto avanzaba lentamente. Y apenas me estaba diciendo Fer “Rubén, a las 1 nos vamos ¿Qué opinas?” no alcance ni a contestarle cuando, como un estornudo, llegan dos motocicletas de la SSP y detrás de ellos unas camionetas. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Las camionetas en madriza entran al lugar; Oasis estaba en México.
Nos levantamos todos entumidos del frío y corrimos a la zona más cercana que se nos permitió, se abre una camioneta ¡PUM! Sale Noel Gallagher, nos voltea a ver, saluda con la mano, sonríe y se mete al Lobby, ¡PUM! Sale Andy, hace lo mísmo, ¡PUM! Sale Gem y camina un poco más cerca, pero hace lo mismo. Yo estaba en shock, no lo podía creer, me vinieron mil cosas a la cabeza en ese momento. Lo primero “¡Qué me vieran aquellos weyes!” (mis amigos jajaja).
De repente me viene a la mente “Ah cabrón, falta uno” ¡¡¡PUUUUM!!! Se abre otra camioneta y sale Liam Gallagher, los gritos aumentaron de las féminas, voltea, nos ve y hace lo mismo, pero de la nada, esquivando carritos de los maleteros, se nos deja venir ¡¡VI COMO CAMINABA HACIA NOSOTROS!! Y es que como estábamos en un pasillo de más o menos dos metros de ancho, estábamos como parados sobre un cubo, así que lo vi venir hacía a mí.
No pude tomar una sola foto, preferí verlo, bueno, tomé dos, pero como me temblaba todo, no creí que salieran bien. Liam le toma la mano a una chava, firma 3 autógrafos (dos al mismo chavo) se da la vuelta, levanta la mano y dice adiós.
¡SEGUIA EN SHOCK! ¡ACABABA DE VER A OASIS!
Íbamos derrochando felicidad rumbo al coche, contando como lo vimos, que hicimos, donde estábamos, que pensamos, todo, todo, todo. La Baby estaba diciendo repetidas veces “¡Liam esta bien guapo!” y su novio solo le decía “¡Aah condenada baby!” pero él estaba tan emocionado como ella. Yo volteé a ver a Luís, con quien habíamos planeado desde el día que compramos los boletos mil y una maneras de tratar de verlos, sin llevar acabo una sola de ellas, y le sonrerí, le dije “Lo hicimos Luís”
Fer voltea y grita “¡Rubén! ¿Te acuerdas que dijiste si Luís creía en el destino?” Y es que unas horas antes alguien en el hotel nos habían dicho que habían visto al tecladista de Oasis, y les dije “No, no lo vieron, LO VIMOS todos eh, que quede entre nosotros” y al final resultó que vimos a TODOS, menos al tecladista jajajjaa.
Pero ahí fue cuando Luís recordó la carátula de su stéreo, su cara volvió a tornarse molesta, se lamentaba y preguntada cada 3 segundos sobre ello. Tan mal iba, que tomó una avenida manejando y dijo como a los 10 minutos “No tengo idea por donde voy” pero yo ya recordaba el rumbo, ya que en Mayo que fui con el Potrillo, un taxi que nos llevaba a Polanco pasó por ahí (vaya memoria) así que le dije “si si, síguete por aquí” y ya cuando vimos un letrero que decía Marina Nacional Luís logró ubicarse, aunque seguía molesto.
Llegamos a un Oxxo, eran las 2 de la mañana, compramos algo de cenar mientras Luís revisaba por enésima vez la cajuela, el coche, todo. Nos fuimos al departamento de su papá (muy chingón el edificio por cierto, el departamento igual, muy bonito). Las puertas se abrieron y metimos el coche al estacionamiento subterráneo, y ahí fue cuando Luís ya no aguantó e intento culpar a los demás diciendo: “Pero, es que, o sea, ¿Por qué nadie volteo? ¿Nadie se fijó o que?” su desesperación lo llevó a buscar culpables. Bajé mi maleta, los demás lo mismo, y al Luís repetir lo de que porqué nadie la vio levanta su mochila y DE LA NADA, así aventada, como si fuera un envase de agua, estaba la carátula al fondo de la cajuela, en el lugar donde revisamos mil veces. Luís se tiró al suelo y reía de los nervios, todos los demás casi hacemos lo mismo.
Subimos los tres pisos extasiados, les dije al estar cenando “Si me sale un pelo y un par de uñas en la comida, no me importa, me los trago, ya nada me echa a perder esta noche” y mucho menos cuando vi entre los discos del papá de Luís un CD de los Churumbeles de España, muy buenos, los escuchaba mi papá mucho.
Salimos de mi casa como a las 5 de la tarde, con gente con la cual me llevé muy bien, pero que en ese momento no conocía. Fer y su novia iban en la parte de adelante, atrás veníamos Luís y yo, el cual no habla mucho en carretera, igual que yo. A mí me gusta ir viendo los alrededores y pensar mil cosas, meditar otras tantas, o simplemente ver.
Donde el “hielo” se rompió fue en la llegada a Toluca, el ir pendientes de la salida a la Marquesa, y después, al entrar al D.F. el encontrar la salida a Reforma nos hizo hablar de todo y de más. Y es que apenas íbamos ingresando a la Ciudad de México cuando le pregunté a Luís “¿Qué vamos a hacer llegando?” a lo que me dijo “Si quieres nos vamos al departamento para que descanses, si te ves muy madreado” pero ya en ese momento para mí eso no era ya un problema.
Yo venía cargando un par de semanas de mucho estrés y enojo, las situaciones completa y totalmente ajenas a mí me habían hecho cancelar mi viaje a Monterrey, cosa que después agradecí. Así que yo buscaba un milagro.
Entrando al D.F. le dije a Luís “¿Y si vamos al hotel? Al Four Seasons, solo pasamos y ya” a lo que me contesta “¡Va, va! Pasamos y si podemos nos bajamos un rato” pero yo sabía lo difícil que es encontrar un lugar para estacionar cerca de esa zona, a lo que solo asenté la cabeza.
Nos perdimos por las Lomas de Chapultepec, pero eso tuvo su recompensa… ¡Conocí la primaria donde fue grabada la Telenovela de Carrusel! Jajajajajaja, Fer me dice “En esta calle esta la primaría de la novela” y dicho y hecho, tomé una foto pero apenas se alcanza a ver una reja y una ventana.
Cuando menos esperábamos, teníamos la Torre Mayor encima y al levantar la mirada les dije “¡A la derecha! ¡A la derecha! Por la lateral” y en segundos estábamos frente al Hotel Four Seasons, donde no se veía mucho movimiento, unos 9 fans en la puerta a la espera de algo. Le dije a Fer dónde diera vuelta a la derecha para ver si encontrábamos estacionamiento, y apenas a 5 metros, se veía un espacio vacío en una calle donde no cabía ya una bicicleta. Fue ahí donde le dije a Luís, de la nada: “Luís… ¿Crees en el destino?” a lo que no me contestó nada, solo se me quedo viendo, los dos teníamos la misma idea en la cabeza.
Bajamos del Golf y sacamos de la cajuela alguna chamarra o suéter, el frío estaba leve, pero por si las dudas, Saqué mi portada de The Importante Of Being Idle con pena, y sentí como si alguien dijera “Si Benru, sueña”. Y recuerdo perfectamente bien cuando Luís dejó la carátula del stéreo sobre el coche, no recuerdo si la volvió a tomar o no, pero este evento después sería de gran importancia esa noche.
Llegamos al Hotel cuando Ricardo Valdés me manda un mensaje para preguntarme dónde estoy, y es que es una de las personas a las que les vendí un boleto, le dije dónde y en cuestión de 30 minutos llegó al Four Seasons. Con lo cual ya teníamos media hora de espera.
Luís se acercó a unos chavos y les preguntó sobre Oasis, y le dijeron que les habían dicho que salieron, así que estaban esperándolos. Eso aumento nuestras ganas de aguantar un poco más el ya cortante frío. Los pies dolían, yo ya no recordaba ni la última vez que dormí, y ahí fue cuando Fer le preguntó a Luís “Señor ¿Dónde dejó su carátula?” y Luís le dice “Aquí la tengo”, pero Fer se refería a la carátula del Stéreo y Luís a la carátula del ‘What’s the story (Morning Glory)’ que había bajado con la misma ilusión que yo, y ahí fue cuando le cayó el veinte y pegó el grito. Corrió al coche (con la idea de que Oasis no llegara en ese momento y de encontrarla) regresó sin nada, muy molesto, mentando madres, reprochándose el hacer 3 cosas a las vez, y culpando un poco a la llamada de su papá (más tarde nos echaría el pedo a nosotros jajaj).
Como a los 5 minutos llegan dos chavos, uno se veía buena onda (y lo fue) y otro de simplemente de verlo me daba cuenta de lo sangre de perro que era. El vato todo negro, feo, bastante joto, de esos putitos amargados que existen, y nos pregunta “¿Están esperando a Oasis?” y la respuesta de toda la raza, bueno, de 16 personas en total, fue “si”.
Yo veía a lo lejos, y escuchaba (una de las habilidades de Benru) que le decía a la gente que cuando llegaran gritaran, que se organizaran, que con Shakira no se que, bla, bla, bla, bla. Y ahí me entró la duda de porque ese NO-fan de Oasis estaba chingando la madre. Nos acercamos con Luís y le preguntamos más bien al otro chavo si sabían algo, y la respuesta que nos dieron nos iluminó la cara:
“Somos del Reforma, venimos a cubrir la nota. Oasis llega como a las 12:30, vienen del aeropuerto”
¡NO MAMES! ¡NO MAMES! ¡De ahí no me movía ni un temblor!
Incluso el chavo nos tomó unas fotos y prometió que saldría el jueves en dicho periódico.
La espera fue eterna, cada minuto avanzaba lentamente. Y apenas me estaba diciendo Fer “Rubén, a las 1 nos vamos ¿Qué opinas?” no alcance ni a contestarle cuando, como un estornudo, llegan dos motocicletas de la SSP y detrás de ellos unas camionetas. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Las camionetas en madriza entran al lugar; Oasis estaba en México.
Nos levantamos todos entumidos del frío y corrimos a la zona más cercana que se nos permitió, se abre una camioneta ¡PUM! Sale Noel Gallagher, nos voltea a ver, saluda con la mano, sonríe y se mete al Lobby, ¡PUM! Sale Andy, hace lo mísmo, ¡PUM! Sale Gem y camina un poco más cerca, pero hace lo mismo. Yo estaba en shock, no lo podía creer, me vinieron mil cosas a la cabeza en ese momento. Lo primero “¡Qué me vieran aquellos weyes!” (mis amigos jajaja).
De repente me viene a la mente “Ah cabrón, falta uno” ¡¡¡PUUUUM!!! Se abre otra camioneta y sale Liam Gallagher, los gritos aumentaron de las féminas, voltea, nos ve y hace lo mismo, pero de la nada, esquivando carritos de los maleteros, se nos deja venir ¡¡VI COMO CAMINABA HACIA NOSOTROS!! Y es que como estábamos en un pasillo de más o menos dos metros de ancho, estábamos como parados sobre un cubo, así que lo vi venir hacía a mí.
No pude tomar una sola foto, preferí verlo, bueno, tomé dos, pero como me temblaba todo, no creí que salieran bien. Liam le toma la mano a una chava, firma 3 autógrafos (dos al mismo chavo) se da la vuelta, levanta la mano y dice adiós.
¡SEGUIA EN SHOCK! ¡ACABABA DE VER A OASIS!
Íbamos derrochando felicidad rumbo al coche, contando como lo vimos, que hicimos, donde estábamos, que pensamos, todo, todo, todo. La Baby estaba diciendo repetidas veces “¡Liam esta bien guapo!” y su novio solo le decía “¡Aah condenada baby!” pero él estaba tan emocionado como ella. Yo volteé a ver a Luís, con quien habíamos planeado desde el día que compramos los boletos mil y una maneras de tratar de verlos, sin llevar acabo una sola de ellas, y le sonrerí, le dije “Lo hicimos Luís”
Fer voltea y grita “¡Rubén! ¿Te acuerdas que dijiste si Luís creía en el destino?” Y es que unas horas antes alguien en el hotel nos habían dicho que habían visto al tecladista de Oasis, y les dije “No, no lo vieron, LO VIMOS todos eh, que quede entre nosotros” y al final resultó que vimos a TODOS, menos al tecladista jajajjaa.
Pero ahí fue cuando Luís recordó la carátula de su stéreo, su cara volvió a tornarse molesta, se lamentaba y preguntada cada 3 segundos sobre ello. Tan mal iba, que tomó una avenida manejando y dijo como a los 10 minutos “No tengo idea por donde voy” pero yo ya recordaba el rumbo, ya que en Mayo que fui con el Potrillo, un taxi que nos llevaba a Polanco pasó por ahí (vaya memoria) así que le dije “si si, síguete por aquí” y ya cuando vimos un letrero que decía Marina Nacional Luís logró ubicarse, aunque seguía molesto.
Llegamos a un Oxxo, eran las 2 de la mañana, compramos algo de cenar mientras Luís revisaba por enésima vez la cajuela, el coche, todo. Nos fuimos al departamento de su papá (muy chingón el edificio por cierto, el departamento igual, muy bonito). Las puertas se abrieron y metimos el coche al estacionamiento subterráneo, y ahí fue cuando Luís ya no aguantó e intento culpar a los demás diciendo: “Pero, es que, o sea, ¿Por qué nadie volteo? ¿Nadie se fijó o que?” su desesperación lo llevó a buscar culpables. Bajé mi maleta, los demás lo mismo, y al Luís repetir lo de que porqué nadie la vio levanta su mochila y DE LA NADA, así aventada, como si fuera un envase de agua, estaba la carátula al fondo de la cajuela, en el lugar donde revisamos mil veces. Luís se tiró al suelo y reía de los nervios, todos los demás casi hacemos lo mismo.
Subimos los tres pisos extasiados, les dije al estar cenando “Si me sale un pelo y un par de uñas en la comida, no me importa, me los trago, ya nada me echa a perder esta noche” y mucho menos cuando vi entre los discos del papá de Luís un CD de los Churumbeles de España, muy buenos, los escuchaba mi papá mucho.
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