“Si todo sigue así me va a tocar irme a Europa” El Potrillo, Noviembre 2007

Al estar lo que lleva de la semana, y por lo visto lo que resta de ella, como el perro solo, es fácil aburrirse, ya que pelear con Adrián y mi mamá va a resultar ser entretenido.

Ayer estaba en la pendeja viendo la tele cuando me manda un mensaje El Potrillo, decía: “Wey, invítate un pomo en tu casa” y ni tardo ni perezoso que le contesto “Ya sabes muñeco” y me contesta “Así me gusta, prepara botana, voy para allá”.

Le hablamos a Chema pero educadamente nos mando a la chingada porque tenía examen hoy jueves y había que estudiar.

Así que empezamos temprano (como las 7pm) a darle baje al Ballantines. Pero lo mejor de todo fue cuando este cabrón me dice “Wey, préstame hijo y aguja” ya que mandó hacer unas camisas con palomas bordadas y su nombre, y le faltó el acento a Rubén y se puso a hacerlo. Resultó bueno pa’la aguja.

Entre la cocida, el msn, las malas noticias sobre una chava muy buena onda que se murió el fin de semana, amiga de este wey y que yo conocía, además de la bronca con lo de que ahora le quieren boicotear el Derby a este cabrón, nos dieron las 2 de la mañana.

Y ayer en la platica salió algo muy chistoso, digo, nunca me había puesto a pensar en ello hasta que el Potrillo me dijo ayer “Wey, a mi me caga ver el futbol acompañado, a mi me gusta ver el fútbol solo”. Inmediatamente se me vino a la mente que, yo solo hablo de fútbol agusto solo con 3 personas, de ahí, las demás… no es que las considere que no saben, o a lo mejor si las considero así, pero normalmente no he encontrado gente con la que pueda platicar de fútbol como con José, Chema y el Potrillo (es algo muy difícil de explicar, ni yo lo entiendo) Pero a lo que voy es que, jamás nos juntamos a ver un partido de fútbol, pese a que el Potrillo repite abiertamente “Es que la gente es una pendeja wey, la verdad no es por nada pero uno no es pendejo, nosotros sabemos de fútbol” jamás nos juntamos a ver un partido de fútbol, sea un mundial o incluso la final del 2000 cuando el Morelia ganó el campeonato. Disfrutamos verlo solo, o a lo mejor, es como entendemos mejor el fútbol.

Escuchamos, obviamente, lo que este cabrón quería porque mi música no le gusta. Pasamos por Antonio Aguilar, Juan Gabriel, Pedrio Fernández (La niña de la mochila azul es el himno de este cabrón, junto con el corrido de El Cantador) Miguel Acéves Mejía y Javier Solís. Y pese a Juan Gabriel y Pedrito, lo demás me es completamente de buen gusto.

Hablamos de las putadas que le andan haciendo los del Club de las palomas, del estrés que tiene, e incluso salio al tema que los dos hemos tenido la amarga necesidad de entrar a un cuarto a escoger el ataúd de un ser querido, en mi caso de mi papá. Le decía “Wey, no mames ¿Cómo escoges un ataúd cabrón? Cuando tu mamá y hermano están afuera destrozados, te toca hacerte el fuerte y entrar a escoger un puto ataúd, o sea ¡no mames! ¿Cómo escoges? Es horrible estar ahí we, oyendo como el cabrón que atiende te vende las cajas como si te estuviera mostrando televisiones”.

Noche ajetreada, recibí una llamada de Washington ¿O la hice yo? Ya ni me acuerdo, de dos minutos de Vicky, mi prima Cecilia chocó (En Ciudad Juárez) y hasta mi ahijado me mandó un mensaje jaja ya sabe usar el celular, dice: “Padrino you rock. Atte. Pankekito” y no podían faltar los gases que este hijo de la chingada traía en las tripas. Algo IMPRESIONANTE.

No se porque me vino a la mente, al tratar de entender lo necesarias que son las noches como la de anoche, la imagen de una maleta, donde vas echando ropa y de tanto en tanto, la levantas y le das unas sacudidas para que se acomode y poder ir echando más. Así entendí la plática de anoche, una noche donde muchas cosas que andan sueltan se acomodan y asientan, y a seguir adelante.