Me acuerdo que jamás guardaba los boletos del Estadio Morelos, hasta que un día mi tío Emilio le dijo a José “¡Ay hijo! ¡¿Ustedes cuándo han ido al estadio?!” y José casi se infarta del coraje. De ahí no salíamos.
Y ahí empecé a juntar los boletos como recuerdo de las visitas al Estadio Morelos. Que en ese momento no creí importante, ya que ir al fútbol era como ir a la escuela o tomarte una Coca Cola, imagínate, andar guardando los envases cada que te tomas una, pues no.
Conté 76 boletos. Hay dos de 1984, aun del Estadio Venustiano Carranza, y los demás del Coloso del Quinceo hasta la temporada 96-97, donde el Tilón Chávez echó a perder esa temporada con aquel gol en le minuto 87 en el Estadio Jalisco en la semifinal del torneo.
Y ahí empecé a juntar los boletos como recuerdo de las visitas al Estadio Morelos. Que en ese momento no creí importante, ya que ir al fútbol era como ir a la escuela o tomarte una Coca Cola, imagínate, andar guardando los envases cada que te tomas una, pues no.
Conté 76 boletos. Hay dos de 1984, aun del Estadio Venustiano Carranza, y los demás del Coloso del Quinceo hasta la temporada 96-97, donde el Tilón Chávez echó a perder esa temporada con aquel gol en le minuto 87 en el Estadio Jalisco en la semifinal del torneo.
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