Sunday, September 27, 2009

Está cabrón


Estaba viendo un reportaje sobre el Estadio Corona en Torreón, y es que este domingo se jugó el primer partido en este estadio sin mallas que dividieran a la gente de la cancha. ¿Acaso México está preparado para tal situación? Yo creo que no.

En Inglaterra desde hace mucho se hizo eso, y la gente ha respetado bastante la cancha. Y claro, esto ayudado de multas y cárcel para cualquier chistoso que intente saltar a la cancha, aunque ha habido muchos casos de gente que lo ha hecho. Incluso ha habido casos de que el jugador va contra la tribuna, como cuando Eric Cantona le puso en la madre a un fanático con una patada karateka. Todo gracias a que no hay malla.

Y no hablo de Inglaterra como país de primer mundo en el asunto de fútbol, sino de la Inglaterra de los Hooligans, de la Inglaterra donde hubo cientos de muertos en las tribunas a causa de las mallas y las peleas entre estas bandas. Hablo de la liga con la afición más violenta del mundo.

Lo malo de todo esto es que para que se lleve la fiesta en paz, se debe empezar por lo que pasa en la cancha. Es sabido por todos (repito, los que saben de fútbol) que en Inglaterra es donde se juega el fútbol más honesto del mundo. Si ahí te tiras un clavado, tus mismos compañeros del equipo te mientan la madre por tratar de hacer trampa. El juego es a un altísimo nivel de técnica y velocidad, y se reclaman solo las jugadas que de verdad son fuertes. El árbitro nunca es el actor principal en la cancha, se juega muy fuerte, demasiado diría yo, pero con honestidad, muchísima diría yo.

Y aquí es donde el fútbol mexicano podría encontrar los problemas entre la cancha y la afición. Y es que aquí eso de la honestidad se lo pasan por los huevos. Aquí si a un jugador le tocan la cara se tira al suelo como si le hubieran pateado los huevos, hace un drama como si se le hubiera muerto un hijo, y pide que expulsen al jugador que lo tocó. Aquí se reclama todo, se trata de hacer trampa en todo.

Aquí puedes ver a un jugador, cuyo equipo va ganando, hacer un mega teatro por una patadita, y grita como si le hubieran clavado un puñal, lo sacan entre 4 personas de la cancha, y apenas llega a la banca se levanta como si nada, y espera con ansias que el árbitro lo deje entrar. Todo por hacer tiempo. Y ejemplos como ese hay muchos.

En fin, para acabar pronto, no se le puede pedir a la gente que actúe de manera honesta, si los que están en la cancha no lo son. Entonces esos brotes de violencia de la cancha podrían terminar en las tribunas, y sin mallas, todos sabemos en qué puede acabar esto.

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