Hace ya varios años en un partido Morelia – América al sentir un momento de frustración futbolística le aventé a Oswaldo Sánchez una naranjada. Le pasó cerca y le rozó el hombro, el wey volteó hacia la tribuna y levantó la mano para avisarle al árbitro.
¡¡Me sudó!!
Por poco y duermo en barandillas… pero por poquito me chingo a Oswaldo Sánchez
¡¡Me sudó!!
Por poco y duermo en barandillas… pero por poquito me chingo a Oswaldo Sánchez
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