El simple hecho de lavarme las manos se convierte en una tarea de concentración. El vacío en el que estoy viviendo esta lleno de fantasmas, mi mirada jamás será la misma, mi rostro se transforma minuto a minuto y mi corazón ya no soporta más golpes.
¿Se puede vivir con miedo?, me imagino que si, al menos yo, no he muerto.
Vivo con miedo de que amanezca, con miedo de que anochezca. Le tengo miedo a la televisión, a la música y al celular.
Soy una persona hogareña (me caga hablar en primera persona, pero en fin), me gusta disfrutar de las pequeñas y deliciosa cosas de la vida. No soy muy complicado para reír, rio de lo que vale la pena. Raramente río sobre tragedias o situaciones de dolor hacia otras personas. Me molesta caer en lo vulgar y creo en el bien y el mal.
Me molesta que mi vida se haya transformado en algo irreal, en algo que parece no estar pasando. Me duele que la gente que me metió en esto duerma tranquila, que ellos gocen de los sabores de la comida o de los olores de los días. Que ni siquiera saben mi nombre, pero me han destrozado el sueño. Los imagino, los escucho, pero no los comprendo.
¿Cómo se olvida?, me imagino que así de fácil, así como suena, simplemente se olvida.
Se pueden olvidar las llaves, una dirección y hasta un número de teléfono que durante un tiempo se usaba a menudo. Se me olvida a veces de que fui niño y contaba con amigos, que sin importar lo que pasara en su vida, estaban ahí las tardes soleadas con un balón en los pies.
Se me olvida que a veces que no me quiero, que no me cuido como debería. Se me olvida que soy débil y que no soy único.
Pero hay cosas que no se olvidan por más que se quiera. No puedo olvidar de donde vengo o quien soy. No puedo olvidar que la vida me dejo sin papá a los 17 años, que las drogas se han robado el alma de un joven a quien amo con todo el corazón. No se me puede olvidar que te amo ni un segundo.
El amor es algo que se demuestra, no que se dice. El dolor es algo que se siente, pero que también se compra, se vende y se da.
Muchas veces me he preguntado el porque de muchas cosas, el porque la gente que hace bien sufre y la que hace mal parece gozar. Si bien dicen que la vida da muchas vueltas, y que todo en esta vida se tiene que pagar, no creo que cuando suframos nos acordemos de lo que hicimos mal, y que ahora parece estarnos cobrando la factura.
La vida se ha encargado de rodearme de gente maravillosa, pero también de gente mierda. De esas personas sin escrúpulos que no se tientan el corazón para hacer mal, para engañar o para hacer daño.
Ejemplos hay muchos. No puede haber persona más miserable que la que ofrece una droga o que se burla de la desgracia de los demás. Esa gente a la que no le importa destrozar familias, parejas o amistades. Que no respetan nada y se atreven a todo.
Desde mi muy humilde opinión, una persona que no le tiene temor a Dios no merece nacer. Esa gente que tiene como modelo de vida el seguir sus instintos, el no pensar en los demás, no sirve de nada.
Al escribir este post solo pienso en una persona, no se ni su apellido, ni mucho menos la razón que lo llevo a ser como es. Desde el día que lo conocí no me inspiro confianza, y termino por burlarse de mi. ¿Y porque no lo haría? No es nada mío, yo no le inspiro el más mínimo respeto. Y créanme, al conocerlo, me di cuenta de que no respeta ni a su propia madre, mucho menos a un idiota como yo.
Estoy muy herido, y este post esta cargado del odio que ahora siento. Si bien no puedo explicar todo mi dolor, al menos al escribir esto siento una bocanada de aire fresco, que al exhalar me hace sentirme bien, pero que al inhalar me hace volver a sentir odio y rencor.
El daño hecho esta, no le puedo desear nada malo, traicionaría mis ideas y principios. Tampoco le puedo desear algo bueno, esa mierda de persona no merece nada. Ni siquiera estas letras.
Pero lo peor de todo, es que esa persona duerme tranquila, no vive en el miedo que vivo yo, ni ha sufrido lo que estoy sufriendo. Ni siquiera sabe lo que hizo, al menos no creo que le importe. Pero yo bien se, que me ha destrozado mi vida.
Propongo: Cry Till The Morning – Richard Ashcroft