Desde el jueves se vio que Tomás Boy tuvo miedo, no supo qué hacer con un equipo limitado, contra un equipo limitado. Si bien los errores defensivos (que fueron muchos) ayudaron a que los pumitas se coronaran, la manera de plantear el juego desde el jueves regaló la final; no se diga el juego del domingo.
Contra el América jugaron su mejor futbol, no se diga contra Cruz Azul, pero al parecer el equipo que llegó a la final ya era otro, alguien les había puesto el freno. Murieron de nada, contra un equio que les ganó con nada. Digo, los pumitas ganaron bien, pero ganaron con nada, con un futbol muy limitado, pero muy eficiente.
Muchos dicen que el Morelia jugó bien, que murieron en la raya, que segurián alentándolos. No sé que juego vieron, ni en qué momento van a madurar. El Morelia jugó a nada, y sólo intentó jugar cuando se veía abajo en el marcador. Si ya remontaste dos veces, es imposible seguir haciéndolo, y menos con todos los factores que tenían en contra; Tomás en la tribuna, el calor, y esa pinche defensa que se cansó de cometer errores.
Pinche Huiqui lo bailaron con túneles, solo faltó que en el penal del apache de Palencia también le hicieran uno. Aldrete no es defensa central, y no se diga de Jaime Lozano como lateral. Pero no pienso ya clavarme mucho, ya lo hice el domingo, ya perdieron, murieron de nada, no jugaron a nada.
Sobre la afición que sigue alentando, y que cree que jugaron bien y murieron en la raya y con la frente en alto, les digo que mientras sigan pensando así, mientras sigan sin exigir, mientras sigan conformándose con espejismos pendejos, con goles mierderos, con jugadores mediocres, con un entrenador mediocre, el Morelia jamás dejará de ser un pinche equipo mugroso.